Crítica: LOS TRADUCTORES

Vamos con una de sospechosos y de adivinar quién es el culpable. Una idea original llena de buenas interpretaciones y un guion que logra atrapar al espectador y lo golpea con giros imposibles. Un buen entretenimiento, desde luego. Esta semana hemos visto: LOS TRADUCTORES.

Les traducteurs está dirigida por Régis Roinsard y cuenta con un gran elenco de actores, entre ellos el editor de la novela (Lambert Wilson) y sus traductores, entre ellos Alex Lawther, Olga Kurylenko, Eduardo Noriega o Riccardo Scamarcio, y así hasta 9 traductores que deberán meterse en un búnker para salvaguardar la obra y que nada se filtre hasta que la novela salga a la luz. Sin embargo, los esfuerzos de la editorial serán vanos, pues pronto las diez primeras páginas verán la luz en internet. La sombra de la sospecha se siembra entre los traductores, que tendrán que lidiar con la culpa hasta encontrar al culpable.

LOS TRADUCTORES en una película que manipula al espectador, y esto lo digo en el buen sentido de la palabra, ya que si vas dispuesto a dejarte llevar es un filme más que interesante. Logra atrapar por completo, aunque sí es cierto que no acabamos de conocer a todos los personajes que aparecen en pantalla, por lo que vemos reducida la lista de sospechosos a unos pocos. El guion al final también se lanza a los giros imposibles de guion, efectistas y de algún modo efectivos, dejando al espectador sumido en el hipnótico ir y venir de una elaborada trama. Tiene sus errores, sí, pero consigue lo que se propone y nos hace pasar un buen rato, eso no se lo puede quitar nadie.

En definitiva, LOS TRADUCTORES hace bueno aquello de que nunca se sabe quién es el culpable hasta el final. Un filme que atrapa y muestra a sus personajes y ofrece la posibilidad al espectador de intentar saber quién y cómo. El quién es posible sacarlo, pero el cómo ya es obra de imaginaria francesa. En cualquier caso, es una película apetecible para fans del género de la investigación y los cluedos. No os la perdáis.