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lunes, 29 de marzo de 2021

Crítica: EL AGENTE TOPO

Documental altamente educativo y existencialista sobre la vejez. Una reflexión acerca de los mayores y su papel en la sociedad y en la familia, enmascarado tras las gafas de un espía tan peculiar como natural. Debería pasarse en cualquier institución educativa, sin lugar a dudas. Esta semana hemos visto: EL AGENTE TOPO.
Maite Alberdi nos explica la realidad de los mayores, no así de las residencias de mayores, puesto que se trata a esta con benevolencia cuando sabemos que no es la gran realidad, por desgracia. Un detective privado (Rómulo Aitken) contrata a un jubilado de más de ochenta años para que se infiltre en una residencia para mayores y le vaya explicando lo que sucede, sobre todo si hay maltrato o abandono por parte de dichos profesionales hacia el blanco que ha de ser espiada. Ahí es donde aparece Sergio Chamy, quien se embarca en la aventura sin tener en cuenta el poso que dejará en él la estancia en dicha residencia.
EL AGENTE TOPO está nominada al Oscar a mejor largometraje documental. Es una película altamente humana, llega a romper el corazón la situación en la que muchos mayores se encuentran, y no precisamente por cómo les tratan dentro, sino más bien fuera, por sus propias familias, hijos e hijas, quienes se desentienden de ellos y los abandonan. Un documental tan necesario que nos permite visibilizar la situación de las personas mayores en centros residenciales, con la diferencia de que en este en concreto están bien atendidos. ¿Cuántas noticias hemos visto, sobre todo durante la pandemia, de centros cuyas instalaciones y profesionales son totalmente incapaces de cuidar y proteger a nuestros mayores? Invita a la reflexión el papel que tenemos como sociedad.
En definitiva, EL AGENTE TOPO es una película tan necesaria como dura. Los ojos de un Sergio Chamy nos enseñan cómo viven, qué sienten y cómo piensan unos mayores a los que se les ha abandonado, y no precisamente desde las residencias, sino sus propias familias, a las que han criado y educado con sus propias manos, inviertiendo un tiempo y esfuerzo que no les es retornado en absoluto. Es una película con valores, sentimientos contradictorios y mucho sobre lo que reflexionar. Imperdible y necesaria en centros educativos y para todos los públicos. Debemos aprender a valorar lo realmente importante. Imprescindible.

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