Crítica: TIGRE BLANCO

Interesante película de Netflix que está nominada a mejor guion adaptado en los Oscars y que tiene un símil con la gran Slumdog Millionaire. Unos comienzos difíciles para llegar a ser alguien en la India, con un humor algo oscuro y la ambición por bandera. Esta semana hemos visto: TIGRE BLANCO.

The white tiger está dirigida por RAMIN BAHRANI y tiene como protagonista a Balram (Adarsh Gourav). Es un chaval ambicioso que vive en una familia enorme, a la que ha de donar casi todo su salario para poder mantener. Sin embargo, él tiene otros planes, y estos pasan por ser rico y montárselo por su cuenta. Tal es así que se hace con un puesto de chófer de dos jóvenes ricos (Priyanka Chopra y Rajkummar Rao). Pronto se convertirá en imprescindible a la vez que uno más de la familia. Pero Balram siempre querrá más y la historia de desarrolla a caballo entre el lujo y la ostentación de la vida de sus amos y su decadente forma de vida.

TIGRE BLANCO es original, divertida y también dura en ocasiones. Vemos junto a Balram cómo la sociedad india entrena a esos chicos para ser sirvientes de los poderosos, hasta tal punto que se sienten parte de su familia y no son más que felpudos. Nominada a un Oscar a mejor guion adaptado, cuenta con una gran interpretación de Adarsh Gourav y una historia oscura y ambiciosa, con giros de guion inesperados y dilemas morales enormes que el ansia de notoriedad y poder se encargan de solucionar. Es realmente una película muy entretenida que retrata a la perfección la miseria en la India, así como su calidad de vida y la forma de ganársela.

En definitiva, TIGRE BLANCO es una gran película en todos los sentidos. Nominada a mejor guion adaptado en los Oscars, abre los ojos a la pobreza existente en dicho país, donde se es un mero grano de arroz. La ambición acaba pagándose y los que están arriba no tienen ningún tipo de escrúpulos para salvarse antes que nadie. Está disponible en Netflix y es una de las mejores opciones del momento. No os la podéis perder.