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lunes, 8 de marzo de 2021

Reseña: EL DIOS TULLIDO

El fin de una epopeya llega a su impresionante conclusión en el décimo y último volumen de Malaz: El Libro de los Caídos. Al margen de spin-offs, esta es la médula espinal de un mundo fantástico que es tan exigente que deja extenuado. No ha sido un periplo fácil, nadie dijo que lo fuera, pero demonios si es satisfactorio. Esta semana hemos leído: EL DIOS TULLIDO.

 
 
Título: EL DIOS TULLIDO


Autor: Steven Erikson


Editorial: NOVA


Nº de páginas: 1168


Fecha de publicación: 2020
 




INFORMACIÓN

Sinopsis: El Dios Tullido cierra la épica decalogía Malaz: El Libro de los Caídos, una obra maestra de la imaginación que ha convertido al escritor canadiense Steven Erikson en una de las mayores voces de la fantasía contemporánea.
Masacrados por los k'chain nah'ruk, los Cazahuesos marchan hacia Kolanse, donde les aguarda un destino desconocido. El ejército está al filo del motín, pero la consejera Tavore no cede. Queda un acto final. Tavore pretende desafiar a los dioses, pero sus tropas pueden matarla a ella antes. Los forkrul assail esperan a Tavore y a sus aliados; son los árbitros finales de la humanidad. Ansían aniquilar a todos los humanos para comenzar de nuevo.
En el reino de Kurald Galain, una muchedumbre de refugiados se reúne en la Primera Orilla. Liderados por Yedan Derryg, esperan la fractura de Cascada de Luz y la llegada de los tiste liosan. Es una guerra que no pueden ganar, y morirán en nombre de una ciudad vacía y de una reina sin súbditos.

Autor:
Steven Erikson (Toronto, 1959), arqueólogo y antropólogo, es una de las mayores voces de la fantasía épica contemporánea, gracias a su decalogía Malaz: El Libro de los Caídos, una de las obras más ambiciosas y osadas que el género ha dado en las últimas décadas. Originalmente publicada entre 1999 y 2011, Malaz ha sido desde entonces definida como «una obra maestra indiscutible de la imaginación», capaz de labrarse un público fiel en las principales lenguas del mundo. Los jardines de la Luna, primer volumen de la saga, fue finalista del World Fantasy Award del año 2000. NOVA está publicando todos los títulos de la serie.
 

RESEÑA

No sé cuántos años hace que leí Los Jardines de la Luna, una novela que hasta bien entrada la mitad de su lectora no hizo más que darme dolores de cabeza y pensar que estaba chocando contra un muro, pues no me enteraba de nada. Sin embargo, a partir de ahí todo se revelaba a gran velocidad, haciéndome entrar de lleno en un mundo del que ya no quise desprenderme. Cada novela era del mismo corte, de lo más exigente que he leído jamás y, sin embargo, totalmente disfrutable. Steven Erikson es uno de los grandes escritores de fantasía, eso esta de más decirlo, y promete que continuará con el mundo de Malaz unos años después de los acontecimientos que se narran en esta decalogía. Pero ya será otro mundo, uno que hoy dejo con gran tristeza y también con la promesa de releerlos de nuevo algún día. Como imaginaréis, hay muchas cosas que se escapan en una saga tan longeva.
El Dios Tullido supone el fin de una saga que culmina en todo lo alto. En esta última novela el autor no abusa en exceso de ese hacer farragoso que suele acompañar los primeros compases de sus libros; tampoco nos presenta personajes nuevos de los que nada conocemos, algo que se agradece, puesto que la mayoría de ellos nos suenan y algunos otros incluso permanecen anclados en nuestra memoria. Estos son, cómo no, algunos Cazahuesos y Abrasapuentes, como por ejemplo Violín, Khalam Mekhar y, cómo no, el mago más carismático de este universo: Ben el Rápido. Todos ellos, también Silchas Ruina, la Consejera Tavore y su hermano Ganoes Paran, ambos fundamentales en toda esta historia, al igual que los Beddict e Icarium, por supuesto. Una travesía por el desierto que los Cazahuesos deberán realizar para salvar el corazón del Dios Tullido, con un dragón de Otataralita en ciernes (quien traerá el cese de la magia en el mundo) y un ejército de Forkrul Assail. En fin, una guerra con un sinfín de frentes que no dejará a nadie indiferente.
Importantes son los Cazahuesos dirigidos por la Consejera Tavore Paran, abnegado ejército que la seguirá con ojos ciegos, sabedores de que les aguarda una última misión que quizás no quedará escrita en ningún libro de historia, pero de suma importancia. Entre su odisea por el desierto de cristal, veremos cómo desfallecen uno tras otros, cómo dejan atrás a compañeros o subsisten con el agua justa como para acabar en alzamientos internos. El lector desea que haya un as en la manga de una Tavore humanizada por primera vez en la decalogía, en el punto álgido de su misión. De la misma manera que Ganoes Paran cada vez gana más poder y seguridad en sí mismo. El Señor de la Baraja cuenta con poderosos aliados, entre ellos Khalam y Ben el Rápido. No obstante, los dioses que han encadenado al Dios Tullido todavía tendrán mucho que decir, en especial Tronosombrío y Cotillion. 
En definitiva, EL DIOS TULLIDO es un fin de decalogía impresionante. No puedo entrar a explicar lo que supone acabar algo tan fascinante y a la vez tan exigente con un lector. Es fantasía de la buena, de la que te obliga a seguir leyendo pese a que no te enteres de nada, de la que revela sus secretos poco a poco, mientras te sume en un mundo impresionante, con unos hilos argumentales que ninguna serie de televisión podria ser capaz siquiera de plantearse. Todo esto y mucho más es Malaz: El Libro de los Caídos. Que vengan más, una nueva historia o saga, pero esta decalogía es historia de la fantasía. Imposible no recomendarla, aunque solo unos pocos podrán disfrutarla y acabarla.
 
 VALORACIÓN: 10/10

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