Comienza a animarse la temporada de Oscars con una interpretación de altura que conseguirá, sin duda alguna, una merecida nominación. Nadie como Anthony Hopkins para interpretar a un hombre de 80 años a quien la mente comienza fallarle y se aferra con todas sus fuerzas a su propia vida. Esta semana hemos visto: EL PADRE.
The father está dirigida por Florian Zeller, es una adaptación de una obra de teatro en la que Anthony, un hombre de 80 años (Anthony Hopkins), vive con su hija (Olivia Colman), o más bien al cuidado de esta. Ella se empeña en presentarle personas que podrán ayudarle a llevar mejor su vida, ya que comienza a fallarle la memoria y a tener brotes de ira, pero este se aferra como pocos a su dignidad y a la libertad de poder vivir por sí mismo. Sin embargo, su realidad es muy distinta, algo que es impactante como espectador. Una fórmula que no hemos visto nunca en una película y que funciona brillantemente. Eso sí, con Anthony Hopkins luciéndose como pocas veces, puesto que es una papel hecho a medida para ello.
EL PADRE es una película dura que nos advierte sobre lo que está por venir y acaba llegando tarde o temprano. El dilema de una hija por el derecho a tener su propia vida mientras alguien se ocupa de su padre. De enviarlo a un lugar mejor en el que cuiden de él sin sentir que lo está abandonando. Por otra parte, la terquedad de su padre por seguir viviendo solo y pretender que todo está bien. Idas y venidas en un sinfín de situaciones impactantes que Anthony considera realidades y a las que el espectador asiste con estoicismo ojiplático. Olivia Colman es la hija superada y Anthony Hopkins un camaleón de sentimientos acumulados que brotan en un derroche interpretativo que llevará premio en múltiples nominaciones.
En
definitiva, EL PADRE es una de las películas del año. Es dura, es visceral, es realista y es un golpe de triste realidad en una de las etapas finales del ser humano. Nos hace plantearnos preguntas trascendentales y nos remueve todo por dentro. Es cine del bueno, con mayúscula, y con Olivia Colman y Anthony Hopkins de otro mundo. De lo mejor de un año difícil para el cine, por lo que no os la podéis perder. Eso sí, os dolerá mucho.



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