Crítica: LA HABITACIÓN (THE ROOM)

De vuelta con un thriller de corte fantástico que pretenden vender como terror y no lo es. Y es precisamente por eso por lo que funciona, pues sus giros de guion, sobre todo al final de la película, nos dejará con más preguntas que respuestas. Esta semana hemos visto: LA HABITACIÓN (THE ROOM).

The Room es una película francesa dirigida por Christian Volckman y con Olga Kurylenko y Kevin Janssens. Son una pareja perfecta, podría decirse; uno es pintor y la otra traductora con una brillante carrera por delante. Deciden, en aras de encontrar mayor motivación artística, mudarse a una casa en la que descubrirán una habitación misteriosa que les dará todo aquello que ellos pidan, con una condición obvia. Si pudiéramos tener todo lo que pedimos, como es el caso, nuestra imaginación se desbordaría, de igual manera que les sucede a sus anodadaos protagonistas. Pero, ¿y si se deseara tener un hijo?

LA HABITACIÓN es un buen thriller que contiene elementos de misterio, acción y giros de guion convenientemente dosificados. Atrapa al espectador en sus primeros minutos de metraje y no lo suelta hasta el final, donde se desata y se muestra la verdadera naturaleza del ser humano y su lucha por sobrevivir ante todo y ante todos. En este caso, Kurylenko y Janssens hacen un gran trabajo, quizás más brillante ella, pues aporta el drama necesario mientras que él se muestra más frío. El caso es que es abstracta y perversa en cierta manera, pero funciona y consigue lo que se propone.

En definitiva, LA HABITACIÓN (THE ROOM) es un buen thriller, tan inesperado que es motivo de alegría en cartelera. Su giro final es de traca y en general se mantiene a buen nivel de tensión e interés durante todo su metraje. Pedir lo que uno desea, y poder obtenerlo, cambia la manera en la que el ser humano piensa, llegando a pedir cada vez más y más, sin pensar en las posibles repercusiones. ¿Una radiografía de nuestra sociedad? Puede que sí, en todo caso, es una buena opción. No os la perdáis.