Hacía tiempo que no veíamos a Bruce Willis en gran pantalla. Vuelve, para variar, con un thriller de venganza que hará las delicias de los fans del género. No innova, no trae nada nuevo, pero no desfallece ni aburre. Y Bruce Willis no está nada mal. Esta semana hemos visto: EL JUSTICIERO.
Death Wish, dirigida por Eli Roth, es el remake de El justiciero de la ciudad, de Charles Bronson. Adaptado a las nuevas tecnologías, una versión 2.0, en la que Paul Kersey (Bruce Willis), es un cirujano que ve cómo, no solo desvalijan su casa, sino que atacan a su familia. El hombre, harto de la burocracia y del violento momento que atraviesa Chicago, decide tomarse la justicia por su mano, verse unos videos por YouTube sobre armas, y echarse a la calle a tomarse la justicia por su mano.
Bruce Willis, en especial estado de gracia, protagoniza un filme que tampoco es demasiado crudo, ni tiene tanta acción como Jungla de Cristal. El hombre no está para tantos trotes, pero llena la pantalla con su carisma habitual. Además, es un cirujano no habituado a ese tipo de escenas, así que podría decirse que se esfuerza en hacer ver que no está acostumbrado a pegar tiros en la gran pantalla. EL JUSTICIERO está hecha para él, acompañado por Vincent D'Onofrio (La chaqueta metálica).
En definitiva, EL JUSTICIERO es una película para echar la tarde. Si eres fan de los thrillers de venganza y, sobre todo, del gran Bruce Willis, esta es tu película. Es solvente y no llega a aburrir en ningún momento, aunque su guion es evidente y el final también. Le falta algo de crudeza, aunque su crítica a lo fácil que es hacerse con armas en EEUU y que sucedan cosas así es evidente. Si os gusta el género, echadle un vistazo.



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