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viernes, 31 de enero de 2025

Crítica: THE BRUTALIST

La principal candidata a los Oscar, con una duración de 3 horas y media, nos presenta a un arquitecto húngaro que huye de Europa hacia el país de las oportunidades. Las encuentra, pero a un alto precio. Esta semana hemos visto: THE BRUTALIST.

The brutalist está dirigida por Brady Corbet y ha conseguido 10 nominaciones a los Oscar, habiendo ganado tres grandes premios en los Globos de Oro, nada más y nadad menos que película, director y actor; básicamente lo que se llevará en los Oscar, entre otras. Narra la vida de Lásló Toth (Adrien Brody), un arquitecto húngaro que huye del nazismo y llega a Nueva York, donde le ayudará al principio su primo (Alessandro Nivola), hasta que conozca a un ególatra ricachón de Philadelphia y a su hijo (Guy Pierce y Joe Alwyn), quienes le encargaran una obra grandiosa. Mientras eso sucede, el protagonista intentará que hacer que su mujer y su sobrina puedan viajar a EEUU para vivir con él (Felicity Jones y Rafffey Cassidy). Y mientras la vida y los años avanzan, convivimos junto a Lásló en la gran variedad de subidas y bajadas que tiene a todos los niveles, con algunos golpes duros que son difíciles de gestionar, pero que la resiliencia de un superviviente logran solventar. Su primera parte puede ser algo más lenta y tiene una segunda más interesante, aunque en general mantiene la atención del espectador, pese a su larguísima duración. Sí, se podría haber contado en menos tiempo, por lo que la convierte posiblemente en una película de una vez en la vida.
A nivel visual es imponente, una obra magna y tremenda, pues narra una vida entera, y eso no es fácil nunca de realizar sin caer en el tedio y el aburrimiento. Es casi como estar atrapado en la butaca empatizando con el protagonista, con su soledad, con sus fantasmas y sus deseos, a veces mecido por el viento sin poder hacer nada para variar su rumbo y su destino. Él es Adrien Brody, que ganará sin duda su segundo Oscar por su tremenda interpretación y nadie podrá arrebatárselo. Hay que ver la cantidad de emociones y sentimientos que se suceden durante el filme y cómo va de un extremo a otro con total naturalidad, como si no le costara. La banda sonora es interesante, aunque juega con un tema principal básicamente para casi todo, y me extraña no ver a Felicity Jones nominada como secundaria, en otro de los olvidos de la Academia. Por lo demás, es una película tremendamente académica, que deja poso y que quizás no todo el mundo sabrá valorar, puesto que tres horas y media son una barbaridad. Pero no le podemos negar el arrojo y lo interesante de lo que cuenta, que no es otra cosa que una vida entera. A nivel de guion, hay cosas que se dejan entrever y no se cuentan, cosa extraña para un filme de tal metraje, pero también está bien que se deje a imaginación del espectador.
En definitiva, THE BRUTALIST es una de las grandes películas de este año sin duda alguna, y por ello se erige con 10 nominaciones a los Oscar. Es una película que los que valoren y amen el cine sabrán entender, si no de inmediato con el tiempo, puesto que deja preguntas, dudas y conjeturas. Además, cuenta con un Adrien Brody tocado por una varita, y solo por eso ya vale la pena verla. Es difícil, dura y muy extensa, pero es una vez en la vida. No os la perdáis.

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