Crítica: BAJOCERO

Un thriller policiaco de la mano de Netflix que viene realmente bien para echar el rato y nos asegura una buena ambientación y tensión durante el traslado de unos presos en un enorme furgón policial blindado. Despega de mitad hacia adelante. Esta semana hemos visto: BAJOCERO.

Bajocero está dirigida por Lluís Quílez, quien goza de un reparto de altura, comenzando con un Javier Gutiérrez que nunca falla. Junto a él, Karra Elejalde demostrando que es un actor muy versátil, y también Luis Callejo, Patrick Criado o Álex Monner, quienes componen parte de los presos que viajan en un traslado que no tardará en alterar su aparente plácido viaje. Es entonces cuando la verdadera humanidad de los presos aflorará mientras el policía interpretado por Javier Gutiérrez tratará de lidiar con todos ellos. La angustia y la claustrofobia del interior del autobús, así como el sufrimiento de sus personajes queda bien patente a lo largo del metraje con acierto.

BAJOCERO sabe enganchar desde el principio, aunque su punto álgido comienza  a partir de mitad de metraje y acaba con un colofón final que, si bien no me ha sorprendido, sí es convincente. A pesar de todo, el guion se toma ciertas licencias para que la trama avance de forma creíble, pero a nivel general es una película que logra enganchar y entretiene, que son los mínimos exigibles a este tipo de películas al estilo El fugitivo o Con Air. El reparto está a la altura y conforme avanza la trama el espectador descubre las verdaderas intenciones de aquel que está ahí fuera y pretende entrar.

En definitiva, BAJOCERO es un thriller policiaco muy entretenido que cumple a la perfección con su misión. Disponible en Netflix, derrocha adrenalina y logra convencer, por lo que es un film ideal para los fans del género. Tensión, acción, dilemas morales, justicia y entretenimiento. No se puede pedir más, de manera que podéis echarle un vistazo.