Crítica: PROYECTO RAMPAGE

Nada como ir a ver un blockbuster que no te llama la atención, y por el que tienes bajas expectativas, para pasar una tarde entretenida y amena. CGI's y efectos especiales impresionantes, buenas dosis de acción y un protagonista carismático hacen el resto. Esta semana hemos visto: PROYECTO RAMPAGE.

Rampage, dirigida por Brad Peyton, es la película que da nombre a un videojuego. Pero, como imaginaréis, no tiene nada que ver con él e incluso su creador ha echado pestes sobre el filme. El caso es que su protagonista, un primatólogo (Dwayne Johnson) cuida de un gorila albino. Un accidente con una estación espacial provocará que un virus se esparza por la tierra y que tres animales crezcan y se desarrollen a un nivel alarmante. Los depredadores se desatarán con Chicago como epicentro de la acción. Una película que no decae en su ritmo y que también tiene la colaboración de Naomi Harris y de Negan, digo... de Jeffrey Dean Morgan, aunque parece que haga un poco de Negan, la verdad.

PROYECTO RAMPAGE tiene un guion con ciertas lagunas, aderezado para que vaya bien con la acción y todo acabe con una ciudad puesta patas arribas por los gigantescos animales que combatirán y pondrán en peligro al mundo. Todo ello protagonizado por un Dwayne Johnson, y el propio gorila, que también tiene su parte de carisma y de buen humor, que es casi un seguro de vida para cualquier blockbuster que se precie de serlo. El hombre se esfuerza, como siempre y hace que hablar frente a un panel verde tenga cierto sentido.

En definitiva, PROYECTO RAMPAGE viene a ser un blockbuster al estilo Pacific Rim 2, quizás algo por debajo, pero igualmente entretenido. Si las expectativas son bajas, además, conseguirá haceros creer que estáis ante algo bastante decente, así que ganará enteros. Acción a raudales y animales salvajes en medio de una crítica a las empresa que utilizan a los propios animales para alcanzar su metas y fines comerciales. Si tenéis ganas de acción, esta es vuestra película.