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sábado, 25 de enero de 2025

Crítica: BABYGIRL

A menudo una alta posición social y estar en el ojo del huracán puede ser un impedimento para algunas cosas, entre ellas la libertad sexual. En este caso, Nicole Kidman nos muestra dichas aristas en un filme que se deja ver, pero que no es memorable. Esta semana hemos visto: BABYGIRL.

Babygirl está dirigida por Halina Reijn y el foco de interés se centraliza en una Nicole Kidman que elige bien sus papeles y por el que ha estado nominada al Globo de Oro. Ella es Romy, una alta ejecutiva casada con un dramaturgo (Antonio Banderas) que, a pesar de haberle dado un par de hijas ya adolescentes, no acaba de funcionar bien a nivel sexual. Ella recibe a una serie de becarios en su empresa y uno de ellos (Harris Dickinson) establecerá con su jefa una relación asimétrica basada en la dominación, a pesar de los riesgos que, sobre todo ella, corren. Bajo esta premisa, veremos cómo la relación extramatrimonial acabará complicándose por la cantidad de personas implicadas, pero a su vez eso, el gran riesgo que corre Romy, es precisamente lo que le otorga placer a esas escapadas y juegos sexuales, en los que ella se deja dominar por el becario.
A nivel general, es una película que no está mal, sobre todo porque vemos a una Nicole Kidman desinhibida que transmite a la perfección esa sensación a medio camino entre el placer y la incomodidad de ser dominada por un simple becario, que además es mucho más joven que ella, y que la busca en el trabajo e incluso en su hogar familiar. Poner límites no es fácil y el filme al final acaba cayendo en la lógica, pero sí que nos hace pensar sobre las relaciones sexuales, sobre el paso más allá que va de la simple fantasía sexual a la realidad, que siempre suele ser contradictoria. No es un filme que sorprende, pero al menos sí propone algo original, y el elenco de intérpretes, empezando por Nicole Kidman, juegan bien sus papeles.
En definitiva, BABYGIRL es una película que ensalza de nuevo la interpretación de Nicole Kidman, y ya van algunas últimamente. Vuelve a lo que hizo en Eyes Wides Shut, solo que siendo una cincuentona de alto poder ejecutivo. Puede llegar a provocar algunos debates interesantes acerca de las fantasías sexuales y la lucha de poder. Echadle un vistazo.

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