Crítica: WOLFWALKERS

Una de las mejores películas de animación del año es una fábula ecológica de gran colorido y mimo, tanto que parece un libro de ilustraciones cuidado hasta el más mínimo detalle. Encantará a pequeños y a grandes. Nominada al Oscar a mejor película de animación. Esta semana hemos visto: WOLFWALKERS.

Wolfwalkers está dirigida por Tomm Moore y Ross Stewart, quienes nos deslumbran ante una historia que habla de cambiapieles, es decir, personas que mientras duermen pueden ser lobos. En una ciudad feudal, con un bosque en las cercanías, no tardará el humano a intentar talarlo y desforestarlo, sin tener en cuenta la fauna y la flora del lugar. Para eso estarán los lobos, quienes tras generaciones han luchado contra el invasor a fin de defender la naturaleza. Una delicia visual, arte en estado puro con cada imagen que nos ofrece. Es un film dirigida a los más pequeños, con profundas reflexiones sobre la naturaleza y lo que nos envuelve, pero que sin duda encandilará a los mayores.

WOLFWALKERS ha estado nominada al Oscar, por supuesto, aunque competía con la gran Soul de Pixar. Los académicos no han estado demasiado revolucionarios y han tirado por la de Disney, pero a nadie hubiera impactado que esta gran película hubiera ganado. Es una apuesta arriesgada, de corte indie, que nos hace sentir en todo momento como si estuvieran contándonos un cuento. Una obra de imaginería que habla de valores muy interesantes. Tanto es así que es una película con la que se puede contar en los centros educativos y que es más fácil que La Princesa Mononoke.

En definitiva, WOLFWALKERS es una de las mejores películas de animación del año y merece ser vista y disfrutada por los más pequeños y los mayores. Una historia ecológica, con valores y aprendizajes. Valiente desde el punto de vista comercial, indie e imperdible. Esta película es arte en estado puro y no os la podéis perder.